viernes, 13 de junio de 2014

Comunicado del Comité provincial de mujeres de Tungurahua por el dia mundial contra el trabajo infantil.


En el día mundial contra el trabajo infantil el Comité provincial de mujeres de Tungurahua reafirma su compromiso con la necesidad de trabajar por un futuro en que las niñas y los niños puedan desarrollar su máximo potencial, lo que es imposible si no se forman en su infancia adecuadamente. Sabemos que cuanto más desarrollado es un país más años de estudio tienen sus niñas y niños.
Entendemos que es un compromiso colectivo acabar con la lacra del trabajo infantil, que pasa por atender los entornos de las niñas y niños que trabajan y que también debe poner atención en crear lugares de esparcimiento y diversión para niñas, niños y adolescentes.  Enfocamos nuestra acción en la ayuda, el aliento y el amor a nuestros pequeños y pequeñas que son entera responsabilidad de los adultos.
Es un hecho poco conocido que entre los niños del mundo cuyo trabajo se explota el número de niñas es mayor que el de niños
En reconocimiento del hecho de que en muchos países, la situación de la niña es considerablemente peor que la del niño, la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing en 1995, identificó la persistente discriminación contra la niña y la violación de sus derechos como una esferas de especial preocupación que requerían la atención urgente de los gobiernos y la comunidad internacional.
Durante su 42º período de sesiones, celebrado en 1998, la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas recomendó que se adoptaran medidas adicionales para proteger y potenciar el papel de la niña. Entre las conclusiones convenidas había medidas orientadas a impedir y erradicar la prostitución infantil y la utilización de la infancia en la pornografía, así como medidas encaminadas a posibilitar que las niñas, incluidas las niñas embarazadas y las madres adolescentes, continuaran su educación.
En general, el promedio de asistencia de la niña a la escuela es inferior al del niño. Una de las principales razones por las que muchas niñas no asisten a la escuela es la carga de trabajo que tienen en el seno de la familia y fuera de la familia. A menudo se retiene a las niñas en el hogar para que ayuden a la familia, porque no se reconoce el valor social y económico de educar a las niñas. 
Cuando el cansancio derivado de la carga de trabajo que tiene en su casa le impide a la niña prestar atención a la clase, se le está negando su derecho a la educación. Cuando una niña lleva el peso de las responsabilidades en las tareas del hogar mientras su hermano estudia, juega o se dedica a sus intereses o pasatiempos, se la está discriminando.
Sin acceso a la educación, las niñas se ven privadas de los conocimientos y las habilidades necesarias para mejorar su situación. Educando a las niñas, las sociedades se benefician económicamente. Además, las madres que han recibido una educación suelen tener familias más pequeñas, con niños más sanos y mejor educados.
 Las niñas suelen ser consideradas inferiores a los niños, tanto en el seno del hogar como en la sociedad en su conjunto. Se les enseña a ponerse siempre en el último lugar, con lo que se menoscaba su confianza en sí mismas y su capacidad para alcanzar el pleno desarrollo de sus posibilidades como seres humanos.
No olvidamos que la violencia contra la niña sigue siendo un problema persistente que adopta muchas formas, incluidas la explotación y el abuso sexual, la violación, el incesto, la prostitución, la utilización de niñas y niños en la pornografía, la trata de menores...
Desde aquí nos ponemos a la orden de las autoridades competentes para conseguir paliar todos los problemas reseñados en la esperanza de conseguir que nadie en su infancia se vea envuelto en el trabajo infantil.

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