Ayer pusimos cara y nombre a la ultima mujer ambateña víctima de femicidio. Ella es Viviana Nuñez, joven de 23 años casada con su victimario y con un hijito de cuatro años . Fue estrangulada el 21 de diciembre en Machala.
Ella estudiaba arquitectura en la UTA y él también había estudiado allí derecho .
Visto desde fuera se trataría de una pareja normal, parece que ni los padres de Vivi, habían detectado el problema de violencia de que era objeto. Pero según otras informaciones se da la idea que habían como pareja caído en el ciclo de la violencia con peleas y perdones sucesivos que finalizaron con este terrible y doloroso desenlace que deja sembrado el dolor a su pequeño, familiares, amigos y sociedad en general .
Lo cierto es que la determinación y ensañamiento que el asesino mostró matando a Vivi no la tuvo para suicidarse él. Hizo varios intentos que mostraron que valoraba su vida más que la vida de la que fue madre de su hija y compañera, aquella a la que según el mismo escribe ,había amado y deseado mucho. Como hijo de una cultura machista y patriarcal debía entender que era legitimo el uso de la violencia y ahora simplemente pensará que se le fue la situación de las manos.
Situaciones como esta debería dar a toda la sociedad un toque de atención y hacernos reflexionar sobre que las origina y como esto se podría evitar .
Una mirada desde el género y los derechos humanos nos indica que se requiere cambios profundos en los valores sociales y en los comportamientos de las personas- Para eso requerimos que la Academia y de todas las instituciones publicas se pongan a trabajar para frenar estas realidades.
Es muy triste ver como un acontecimiento tan doloroso, pasa desapercibido y nadie se posiciona cuestionando este acto de barbarie, como si fuera un acto aislado victima de un loco, cuando es el resultado de una violencia estructural y cultural implantada en nuestra sociedad que entiende a la mujer como menor, sujeto de mejora, con la que se puede usar la violencia, por su bien con consecuencias atroces como la muerte de Vivi.
2015-02-26
Antes de finalizar el 2014, Priscila Viviana Núñez Barona de 22 años, fue asesinado en una de las habitaciones del Hotel Oro Verde, su crimen causó conmoción en Machala, ahora sus familiares temen que este caso quede en la impunidad, asegurando que el principal y único sospechoso quiere hacerse pasar por locura temporal para esquivar la justicia.
El abogado Carlos Oviedo Terán, explicó que la víctima tenía 5 meses separada de Víctor Alfonso T. C., debido a los constantes maltratos físicos y psicológicos que sufría.
Pero la excusa para volver a encontrarse, es que los padres de la joven sufrieron un accidente al chocar con una vaca, en la ciudad de Arenillas, esto ocurrió el 19 de diciembre, motivando a que el padre de ella, llame al sospechoso, pidiéndole que le traiga un vehículo para poder movilizarse.
Oviedo manifestó, que ese habría sido la oportunidad perfecta para que Víctor y Priscila viajen a la ciudad de Machala. Al parecer no había problemas entre los dos, incluso el día anterior al crimen, ambos con su hijo fueron hasta el árbol de navidad, que fue colocado en el redondel al Bananero.
En la madrugada del 21 de diciembre, ellos habrían tenido una discusión, que terminó cuando, según las investigaciones de la Fiscalía y la DINASED, él empezó a golpearla en su rostro, para luego proceder asfixiarla y causarle la muerte.
Los padres de la chica, que prefieren el anonimato porque aún no se recuperan de la pérdida de su hija, indicaron que aquella mañana fueron a tocar la puerta de la habitación, pero nadie les respondió, luego se percataron que el vehículo no estaba en el parqueadero, imaginando que se reconciliaron y decidieron salir, optando por ir a divertirse a la piscina, pues aprovechaban que su nieto estuvo al cuidado de ellos.
Pero eran cerca de las 11:00 y empezaron a preocuparse al no saber noticias, el padre fue a la recepción del hotel y pidió la tarjeta para poder ingresar, porque necesitaba sacar la ropa de su nieto, que paso toda la mañana en la piscina.
Cuando abrió la puerta, encontró a su hija sin vida en la cama, sus gritos alertaron a los demás huéspedes y llamaron a la policía.
Inmediatamente la DINASED realizó labores básicas de inteligencia, logrando dar con el paradero del sospechoso, que pretendía escapar con dirección a Guayaquil, interceptándolo en la parroquia Río Bonito, del cantón El Guabo.
Antes de poder atraparlo, él habría intentado suicidarse clavándose un cuchillo en dos ocasiones, incluso los uniformados lo encontraron con el arma blanca incrustada en su cuerpo.
Quieren hacerlo pasar por loco
Oviedo explicó que los familiares del detenido piensan utilizar artimañas, para que el crimen quede impune, pues pretenderían hacerlo pasar como locura temporal.
Su defensa está pidiendo examen psiquiátrico, argumentando que por el estrés y problemas, pudo haber sido víctima de una laguna mental, pues no recordaría nada, además piden una autopsia psicológica a Priscila Núñez, para pretender persuadir que ella se ahorcó, en un intento de suicidio.
“Este es un crimen de femicidio, fue planificado, solo espero el momento perfecto, incluso la víctima un día atrás se tomó fotos y mandó a las amigas, todo parecía que estaba bien”, dijo Oviedo, que también explicó que su acusación se ampara en el artículo 141 de Código Orgánico Penal, que manifiesta que para este tipo de crimen se necesita antecedentes de maltrato físico y psicológico. Aseguró tener testigos de amigos y familiares que observaron las agresiones.
“No pueden decir que está loco, porque Víctor T. primero la golpea, el cuerpo presenta moretones, en especial en el rostro, luego la mata en el suelo y sube el cuerpo a la cama, para luego escribir 3 cartas, una pidiendo perdón a los padres de la víctima y la otra solicitando que le digan a su hijo, que los padres murieron en un accidente de tránsito”, manifestó Oviedo, en una rueda de prensa, realizada a los medios de comunicación.
El abogado dijo que en la reconstrucción de los hechos, el posible victimario se acordó de muchos detalles, pero justo el instante del crimen, dijo que recibió un golpe en la cabeza y de ahí no se acuerda más.
“Ella intentó defenderse, incluso le aruñó el rostro, precisamente de las uñas se extrajo residuos de piel, que serán sometidos a una prueba de ADN”, indicó Carlos Oviedo.
Priscila Viviana Núñez Barona fue asesinada y luego violada en una de las habitaciones del hotel Oro Verde, su victimario, Víctor Alfonso Tigres Cueva, recibió la pena máxima de 34 años por parte del Tribunal Primero de Garantías Penales de El Oro.
La audiencia de juzgamiento inició el 04 de agosto de 2015, para la cual la Fiscalía convocó a 21 testigos, entre deudos, amigos, peritos y policías investigadores. Además presentó informes de la reconstrucción de los hechos, la inspección ocular técnica y protocolo de autopsia.
El fiscal Paúl Iñiguez, se encargó de realizar la investigación, reunió a los testigos que ayudaron a aclarar que se trató de un caso de Femicidio y encontró las pruebas suficientes para que el acusado reciba la pena máxima.
Explicó que la víctima tenía 5 meses separada de Víctor Alfonso, debido a los constantes maltratos físicos y psicológicos que sufría. “En la madrugada del 21 de diciembre, ellos habrían tenido una discusión, que terminó cuando, él empezó a golpearla en su rostro, para luego proceder asfixiarla y causarle la muerte”, manifestó Iñiguez a los jueces.
En la mañana los padre fueron a tocar la puerta de la habitación, pero nadie les respondió, luego se percataron que el vehículo no estaba en el parqueadero, imaginando que se reconciliaron y decidieron salir, optando por ir a divertirse a la piscina, pues aprovechaban que su nieto estuvo al cuidado de ellos.
“Eran cerca de las 11:00 y empezaron a preocuparse al no saber noticias, el padre fue a la recepción del hotel y pidió la tarjeta para poder ingresar, porque necesitaba sacar la ropa de su nieto, que paso toda la mañana en la piscina. Cuando abrió la puerta, encontró a su hija sin vida en la cama”, expresó el fiscal.
Inmediatamente la DINASED realizó labores básicas de inteligencia, logrando dar con el paradero del sospechoso, que pretendía escapar con dirección a Guayaquil, interceptándolo en la parroquia Río Bonito, del cantón El Guabo.
Antes de poder atraparlo, él habría intentado suicidarse clavándose un cuchillo en dos ocasiones, incluso los uniformados lo encontraron con el arma blanca incrustada en su cuerpo.
Mientras tanto el abogado de la familia de la víctima, Carlos Oviedo, preciso que por maltratos se separó la mujer, pero un accidente de los padres fue la excusa para volver a encontrarse.
“Los padres de la joven sufrieron un accidente al chocar con una vaca, en la ciudad de Arenillas, esto ocurrió el 19 de diciembre, motivando a que el padre de ella, llame al sospechoso, pidiéndole que le traiga un vehículo para poder movilizarse”, dijo Oviedo.
Además acotó que ese habría sido la oportunidad perfecta para que Víctor y Priscila viajen a la ciudad de Machala. Al parecer no había problemas entre los dos, incluso el día anterior al crimen, ambos con su hijo fueron hasta el árbol de navidad, que fue colocado en el redondel al Bananero.
“Su defensa está pidiendo examen psiquiátrico, argumentando que por el estrés y problemas, pudo haber sido víctima de una laguna mental, pues no recordaría nada”, manifestó Iñiguez.
“No pueden decir que está loco, porque Víctor primero la golpea, el cuerpo presenta moretones, en especial en el rostro, luego la mata en el suelo y sube el cuerpo a la cama, para luego escribir 3 cartas, una pidiendo perdón a los padres de la víctima y la otra solicitando que le digan a su hijo, que los padres murieron en un accidente de tránsito”, manifestó Oviedo.
Lo declaran culpable
El fiscal demostró que hubieron maltratos mientras duraba la relación, para lo cual hizo declarar a las amigas, realizó pruebas de ADN, precisamente de las uñas del acusado se extrajo residuos de piel, que dieron positivo pertenecer a Núñez.
También comprobó que luego de asesinarla, la violó, que en el cadáver se encontraron residuos de semen.
Otros elementos recopiladas por la Fiscalía e ingresados como prueba al Tribunal fue la comparación de muestras y fluidos (análisis biológico que determinó presencia de semen del procesado en el cuerpo de la fallecida), informe grafotécnico (cartas dejadas por Víctor Alfonso en la escena del crimen) e informe de trabajo social sobre el entorno familiar de la víctima y del ahora sentenciado.
Los Jueces del Tribunal integrado por Silvia Zambrano, Oswaldo Piedra y Lenin Fierro, por unanimidad declararon culpable a Torres, acogiendo el pedido de la Fiscalía de considerar como circunstancias agravantes del delito los numerales 7 y 14 del artículo 47 del Código Orgánico Integral Penal (COIP).
Estos contemplan la condición de cometer la infracción con ensañamiento en contra de la víctima y afectar a varias víctimas por causa del hecho.
Así como también el numeral 1 del artículo 142 del mismo cuerpo legal que señala como circunstancia agravante de femicidio el haber pretendido establecer o restablecer una relación de pareja o intimidad con la víctima.
Silvia indicó en la sentencia Oral, que se comprobó que existió un delito, que nunca existió un espacio de locura momentánea y existieron las agravantes necesarias para dar la pena máxima.
Fue así que administrando justicia, dio a conocer que se declara la culpabilidad de Víctor Alfonso Tigres Cueva, imponiéndole la pena de 34 años por el delito de Femicidio, además tendrá que pagar por daños realizados 800 salarios básicos unificados, que da un total de 20 mil dólares.
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