Muchas mujeres fuera del mercado de trabajo a menudo dicen que no pueden tener empleos remunerados porque deben cuidar a sus hijos.
Fuertes evidencias han demostrado claramente que con servicios de guardería asequibles y de alta calidad disponibles, la tasa de actividad de las mujeres aumenta. Chile, por ejemplo, ha visto un progreso notable en el número de niños atendidos por los servicios de cuidado infantil durante las últimas décadas. Como resultado de un programa de gobierno pionero (Chile Crece Contigo ) introducido en 2007, el número de guarderías y lugares públicos para los niños menores de un año de edad aumentó, respectivamente, de 700 en marzo de 2006 para más de 4000 a finales de 2009, y de 14.000 en 2005 a 85.000 en marzo de 2010.
Las primeras evaluaciones de las reformas recientes indican que el acceso a cuidado de los niños podría aumentar la probabilidad de las madres chilenas para acceder a un empleo en cerca de un 15%. Más allá de apoyar a las mujeres, los servicios de cuidado infantil de calidad también han demostrado reducir las desigualdades sociales y mejorar los resultados educativos de los niños desfavorecidos. Por tanto, es importante considerar la inversión en el cuidado de niños no como un lujo que sólo los países ricos pueden permitirse, sino como una estrategia exitosa para impulsar la igualdad de género, impulsando el crecimiento inclusivo y la reducción de la pobreza para todos.
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